¡QUÉ BONITO DÍA DEL LIBRO!
El Día del Libro fue un regalo difícil de describir. Por la mañana en Barcelona y por la tarde en Zaragoza, como manda la tradición, pude compartir unas horas maravillosas con todas las personas que se acercaron a los puestos.
Si ya el hecho de escribir un libro es una sensación tremendamente bonita, hay algo que lo supera: el momento en que estás cara a cara con esas personas que deciden emplear su tiempo en venir a verte y hablar sobre ese libro. ¡Gracias infinitas a todos los que os acercasteis a las firmas!
¡Gracias a quienes decidisteis escoger alguno de mis libros aunque no pudierais venir! 🙌🏻🙌🏻