Dos caminos: acción e inacción. Día Mundial del Medioambiente

Sabemos el punto de partida, y es que todo es mejorable. Ahora bien, ¿puedo hacer algo desde lo individual? ¿Tengo que depender siempre de lo que sugieran las administraciones o realmente también depende de mí comenzar a mejorar las cosas? 

Cuando uno es consciente de la situación puede comenzar a cambiarla. Y no hay lugar mejor para empezar que el propio espacio donde pasas gran parte de tu vida. Date un paseo por tu escuela: recorre las aulas, los pasillos o el patio. Imagínate en tu casa, analiza lo que ves en todas tus habitaciones: la cocina, el dormitorio, el baño, el salón… Fíjate en esa bombilla, en el discurrir del agua, en la etiqueta de tu camiseta o en la comida que tienes en la nevera. Observa bien lo que tienes y piensa, cuando lo mires, qué haces con ello. Piensa en esa bolsa de basura que dejas en la puerta cada noche para que alguien la recoja (o si la echas al contenedor). Al día siguiente mágicamente ha desaparecido. Pero no, no desaparece, como tampoco puede desaparecer de nuestras mentes el proceso que todos esos desechos siguen a partir del momento en que los separas de tu vida. 

Ese pensamiento es el que debe acompañarnos en nuestras acciones diarias. Descubrir aquello que forma parte de nuestra vida y entenderlo mejor: ahí sí podremos decir que las cosas empiezan a cambiar. Y créeme, tu pequeña contribución junto a otras pequeñas acciones de otras personas, definitivamente marcan la diferencia.

Más: ver Educación sostenible

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