No infravalores el juego

En la mente de un niño hay lugar para el juego, siempre. No ahogues ese espacio con asuntos de adultos. Además, jugar es la forma más natural que existe en la infancia para aprender. Nunca, nunca lo infravalores.

Jugar es una necesidad fundamental para el desarrollo físico, emocional, social y cognitivo de niños y niñas. Jugando adquieren habilidades sociales: jugando con otros, aprenden a compartir, a negociar, a esperar su turno, a cooperar y a resolver conflictos. Es más, es la mejor manera en la que aprenden a seguir unas reglas, ¡pues son ellos mismos quienes las crean!

Desarrollan el pensamiento y la creatividad: jugando imaginan, crean, exploran y resuelven problemas. Experimentan la vida y la imaginación, y dan rienda suelta al pensamiento No tienen límites y no repiten contenidos: los experimentan. Y al hacerlo, piensan de forma libre.

Aprenden a identificar emociones, regularlas y ponerse en el lugar del otro.

Jugar mejora la motricidad, la coordinación, el equilibrio y la salud física. Además, fomenta la autonomía y la toma de decisiones. Así desarrollan confianza en sí mismos y tolerancia a la frustración. El juego les permite elegir, liderar, equivocarse, decidir, ceder o insistir. El juego es, sin duda, la mejor forma de aprender a vivir.

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