LA LECTURA HA DE SER UN PLACER
Estimulemos el gusto por la lectura en los más pequeños, que es lo contrario a obligar a leer. No podemos convertir un placer en una obligación.
¿Y cómo animar ese hábito en casa o en clase? Aquí te traigo algunos tips a los que puedes añadir tus propios trucos:
-Estos días, si vas de excursión o de viaje a algún sitio, permite que se deslicen dos o tres libros para niños en el bolso o la mochila, por si busca cosas dentro y se los encuentran. Si hay alguno de adulto y lo usas, eso ya es el no va más.
-Debería haber libros y otros materiales de lectura allá donde hubiera niños: da igual la sala o habitación: el salón, el baño, la cocina, el recreo, un pasillo…
-Léeles en voz alta, léeles con pasión y, sobre todo, lee cosas que les inspiren, que les gusten.
-Cuéntales qué te gusta leer a ti, qué estás leyendo, qué géneros te gustan y por qué.
-La tarde de las linternas: también en casa o en clase, baja las persianas y que cada niño tenga una linterna y un libro. Viaje a la imaginación asegurado.
-Usa tarjetas de personajes de voz, si no las hallas, invéntalas: desde la voz de susurro a la de un cowboy, de la de un presentador de noticias a una anciana. Se divertirán y querrán más y más.
-Silla de leer: El niño/a coge el libro que quiere, se sienta en la silla de leer y lee en voz alta a toda la clase (o en casa).
-Permíteles que dibujen lo que oigan.
-No solo libros lee el ser humano. Hay otros formatos interesantes: cómics, revistas (las de curiosidades llaman mucho), periódicos…
-Da la opción a los niños de elegir qué quieren leer. Incluso un adulto, lo sabes bien, encontrará aburrido leer algo que no le gusta. Preguntemos qué les gusta. Ese es el primer paso que hay que dar.
-Pide recomendación a los niños. Dales el poder de recomendar un libro. Eso hará que se sientan partícipes y, además, ¡tú sabrás la opinión de los expertos!
-Debemos crear lugares confortables y placenteros que inviten a leer en ellos ¿Que quieren estar tumbados? ¡Adelante! ¡Fuera mesas, fuera sillas! ¿Te imaginas que coges una caja de cartón y les preparas su casa de los libros?
-En niveles de seres diminutos, pon peluches de animales en su rincón de lectura. Si se acostumbran a leer junto a ellos se sentirán más cómodos. Y ya no digo nada si leen a su gato o perro en casa… ¡Los animales son grandes escuchadores y les encanta culturizarse! A mi gata Sekspir le encantan los sonetos, por ejemplo.
-Crea espacios y tiempos para que los mayores lean a los pequeños y viceversa. Es positivo para todos (sí, romped moldes de horarios). Los de sexto a los de primero, los de segundo a los de cuarto, los abuelos a los niños, los niños a los abuelos…
-¡De premio, leer! Si terminan antes de tiempo, qué mejor premio que invitarles a coger el libro que quieran y se sienten o tumben donde quieran.
-Introduce nuevos libros a lo largo del año. Estarán emocionados y desearán empezar a leerlos.
-¡De compras con ellos! Una actividad familiar que te da mucha clase es ir a una librería con ellos y que decidan qué comprar (la tarjeta de crédito siempre a una altura donde no lleguen).
-Muestra en la puerta lo que estáis leyendo (fotocopia de portada, por ejemplo). Eso servirá para enganchar a otros lectores y para recomendar distintos libros.
-Invítales a crear sus propias historias y que las lean en alto. Convertirlos en escritores de libros suele otorgarles el don de ser ávidos lectores.
-Prepara una fiesta de la lectura cada cierto tiempo: permíteles que lleven almohadones, animales de peluche… lo que deseen, y dedica una hora a disfrutar viendo cómo disfrutan.
-Y nunca, nunca, nunca jamás uses la lectura como un castigo: la lectura es un privilegio, un placer, y nunca un castigo.